domingo, 8 de junio de 2008

Administración colonial
Desde España el máximo soberano de las colonias era el rey, la cabeza de una monarquía absoluta, bajo su mando habían dos Consejo de Indias y la Casa de Contratación. El Consejo de Indias era un organismo ubicado en Madrid, creado en 1524. Su función era asesorar al rey en el nombramiento de funcionarios destinados a América y en la creación de leyes; ejercer como máximo tria para América; vigilar la aplicación del derecho a patronato (Derechos del e la iglesia católica para el nombramiento de autoridades eclesiásticas y definir lugares para construir templos, monasterios, etc.) y realizar juicios de residencia (evaluación que de [[Amé al terminar su mandato). La Casa de Contratación era un organismo creado en 1503, en Sevilla. Se encargaba del comercio, de supervisar el monopolio comercial que España tenía sobre Chile y sus otras colonias y de vigilar la llegada de colonos a América.

En América el máximo representante del rey era el Virrey, quien tenía atribuciones judiciales y administrativas, bajo su mandato estaban gobernaciones y capitanías generales. El virreinato bajo el cual estaba la Capitanía General de Chile era el del Perú. El gobernador a cargo del reino de Chile tenía funciones gubernativas, militares y económicas. Su deber era velar por la seguridad del territorio y ejercer el vicepatronado (ejercía el derecho a patronato en situaciones más cotidianas). También, se encargaba de presidir la Real Audiencia, máximo tribunal de justicia en territorio chileno. Este organismo era el consejo asesor del gobernador, y podía ejercer su cargo momentáneamente si él moría o renunciaba. Además de él, participaban cuatro oidores, quienes se encargaban del cumplimiento de las leyes indígenas. Por la división del territorio en provincias, se necesitaba a alguien que se hiciera cargo de ellas: el corregidor, quien tendría las mismas atribuciones que el gobernador pero en un territorio más reducido. Y por último estaba el cabildo, grupo que representaba y defendía a los vecinos españoles. Su rol era preocuparse por el aseo y ornamento de la ciudad; de la salud pública e instrucción primaria y del abastecimiento de alimentos.


Cambios políticos del siglo XVIII
Felipe V o de Anjou, primer rey BorbonEn el siglo XVIII España cambió de casa dinástica, siendo los Hasburgos reinantes, reemplazados por los Borbones. Ellos hicieron muchos cambios para intentar mejorar el sistema colonial, basados en el despotismo ilustrado, los cuales podemos clasificar en:

Económicos: Para el buen funcionamiento del monopolio comercial se necesitaba terminar con el contrabando, por lo que los Borbones abren más puertos, como el de Valparaíso y Talcahuano, aumentando la variedad de productos y permiten el comercio entre colonias, antes prohibido.

Administrativos: Para hacer más eficiente el gobierno los Borbones deciden crear unidades políticas y administrativas más pequeñas. Por lo que surgen las intendencias, división de las capitanías generales, entre ellas la de Concepción y Santiago. Además, con el mismo fin se fundan ciudades, como Rancagua y Talca.


Importantes gobernadores
En el siglo XVIII Chile tuvo importantes gobernadores, muchos de los cuales llegaron a ser virreyes de Perú. Por ejemplo, el irlandés Ambrosio O'Higgins. España lo había enviado a América para asumir varios cargos menores, hasta que en 1787 se transformó en gobernador de Chile. Se destacó por ser el mayor representante en Chile del despotismo ilustrado; eliminar la Encomienda, en 1789; construir muchas obras públicas, como el camino de Santiago a Valparaíso y los tajamares del río Mapocho; avanzar la construcción de La Moneda y embellecer a Santiago. Durante una relación pasajera con Isabel Riquelme, Ambrosio tiene a un hijo llamado Bernardo O'Higgins, quien será un líder independentista durante su virreinato.


Estructura social
A la cabeza de la rígida estructura social estaban los españoles, grupo minoritario de la sociedad colonial, pero dominante de la aristocracia. Ellos ocupaban importantes cargos públicos y del ejército. Sus descendientes en estado puro o casi puro (y legítimos) se llamaban criollos, también, gran parte de ellos, de la aristocracia. Estos eran los dueños de las tierras y dominaban la mayoría de las actividades productivas. Algunos integrantes de este grupo con fuerte poder socio-económico, pero no político, lograban ocupar cargos públicos, pero de mediana o poca importancia. Al terminar el período de la Colonia, la mayor parte de este grupo era de origen septentrional (castellano y vasco principalmente). Debajo de esta aristocracia (de origen español septentrional) se encontraba una incipiente "clase media", principalmente de origen español meridional (andalúz y extremeño principalmente). El grueso de la población colonial eran mestizos, nacidos de relaciones español-indígena o criollo-indígena, aunque al avanzar el período colonial, y con la extinción de los indígenas en las áreas bajo dominio español, sigue su curso el proceso de mestizaje, esta vez entre blancos y mestizos (aumentando así el porcentaje de sangre española en la población que habitaba estas áreas). Los mestizos trabajaban en diversas labores, como artesanos, militares de bajo rango, pequeños comerciantes, etc., aunque principalmente en la agricultura (como mano de obra, a través del "inquilinaje", institución que a su vez reemplazó a las "encomiendas" debido a la extinción de los indios en las áreas bajo dominio español). Por la inexistencia de una legislación que los protegiera, a pesar de ser libres, eran fuertemente discriminados, por lo que no participaban en actividades políticas ni administrativas. Los indios (también llamados "naturales") eran considerados menores de edad, por lo que existía una legislación que, a diferencia del grupo anterior, los protegía. Pero a pesar de eso no fueron muy respetados ni tuvieron derecho a participación política. Al llegar el siglo XVIII se produjo su extinción en las áreas bajo dominio español. El único grupo en la escala social que estaba más abajo que ellos, pero en presencia muy reducida, eran los esclavos negros, quienes se encargaban de los trabajos domésticos. Al terminar el período colonial, los negros en estado puro o casi puro representaban un pequeñísimo porcentaje de la población, no tanto así los "pardos" (mulatos y zambos).


Guerra de Arauco
Artículo principal: Guerra de Arauco
Esta guerra comenzó en 1598 con un periodo llamado La Mano Dura. Esta etapa se inicia con la realización un alzamiento indígena, en el cual se toman siete ciudades australes. Como respuesta, los españoles empiezan una guerra despiadada y violenta contra los indígenas, tomando la medida de esclavizar a los indios rebeldes. En 1605 la Corona determina el fin de la esclavitud, pero en 1608, Felipe III permite la esclavitud de los indios cogidos en guerra. En 1612 termina esta etapa dando inicio a La Guerra Defensiva. El jesuita Luis de Valdivia fue asesor del gobernador García Ramón. Juntos intentaron suprimir el servicio personal de indios pacíficos. Por su fracaso, el jesuita elaboró un plan de guerra defensiva, que consiste en: suprimir la esclavitud; reconocer la independencia del pueblo Mapuche, con el río Bio-Bio como frontera y solo los sacerdotes en misión evangelizadora pueden traspasarla. El consejo de Indias aprobó esta propuesta y la guerra se transformó en defensa de la frontera. Pero muchos sacerdotes fueron asesinados por el rechazo departe de los indígenas a la iglesia católica, por lo que dejó de utilizarse este sistema, decisión tomada por el nuevo rey: Felipe IV. En 1625, con el término de esta etapa comenzó otra: El Regreso de la Mano Dura. El nuevo monarca restableció la esclavitud de indios rebeldes que no entregaran las armas en 2 meses, retomando la violencia inicial sin favorecer considerablemente a ningún bando. En 1639 el Marqués Baides asumió el gobierno de Chile y decidió buscar la paz mediante Los Parlamentos. Estás juntas entre caciques y gobernadores se hacían periódicamente en tierra neutral, donde pactaban condiciones para el fin de la guerra, evitando alzamientos generales. En 1655 por la deshonestidad de un gobernador, se produce un alzamiento indígena, que marca el comienzo de La Guerra Estabilizada. Durante este periodo la guerra está en empate, debido a disminución del número de indígenas, la decadencia del espíritu guerrero y al cambio de mentalidad de los bandos (españoles prefieren comercializar que luchar con el enemigo e indígenas hacen solo ataques sorpresivos para destruir, robar y capturar). En 1674 ocurre la abolición de la esclavitud, de a poco, las relaciones fronterizas se hacen más coordiales; hasta que en 1700 se termina la guerra propiamente tal, aunque posteriormente aún se mantendrían conflictos menores cada cierto tiempo.


Economía colonial
En los inicios de la colonia, en el siglo XVI la economía se basaba en la Encomienda. Este sistema consistía en que a un encomendero se le asignaban un grupo de indígenas que trabajaban para él y defendían el territorio de la Corona. A cambio, el encomendero les daba protección, evangelización, vestuario y alimento. Por la progresiva disminución de indígenas este sistema ya no era sustentable, por lo que La Hacienda, en el siglo XVII, se transforma en la base de la economía rural. Estos grandes terrenos, en que se realizaban actividades agropecuarias, tenían talleres para la fabricación de los elementos que necesitaban, por lo que la hacienda era capaz de autoabastecerse. El hacendado, generalmente criollo, estaba a cargo de su hacienda. Él se encargaba de contratar inquilinos y peones como mano de obra. Los primeros trabajaban en faenas productivas y protegían los límites del territorio, a cambio, recibían una tierra para vivir, cultivar y criar ganado. Los segundos, solían vagabundear por los campos, buscando trabajo en las haciendas durante los tiempos de cosecha.

En el siglo XVI el mercantilismo, sistema económico optado por la Corona, fomentó la minería, específicamente, la obtención de metales, para poder enriquecer a la Metrópoli. Se encontraron numerosos lavaderos de oro en diferentes lugares de Chile, pero a finales de la 1580, las minas se comienzan a agotar y además, por la disminución indígena, se produjo falta de mano de obra, por lo que la producción decae. La explotación de cobre en (Copiapó y Aconcagua), oro y plata continúa, pero en mínimas proporciones, utilizándose para fabricar monedas, vajillas, joyas, cañones, campanas y utensilios domésticos.

En cuanto a la actividad agrícola-ganadera, en el siglo XVI era bastante avanzada, se cultivaba papa, maíz, quinoa y zapallo, y habían caballos, vacuno y chancho, animales agregados por el español, como ganado. En el siglo XVII y XVIII la ganadería y su industria adquiere mayor importancia. Además, aumenta la producción de trigo y cereales para abastecer al mercado peruano. Con la aprobación de la ley de liberación de impuestos al trigo y harina, se fomentó la exportación.


Educación en la Colonia
Durante la colonia, la educación fue una tarea encabezada prioritariamente por la iglesia católica y, en menor medida, por los cabildos. En ellos se enseñó a leer y a escribir, más algunos rudimentos de aritmética y catecismo. Pero la real educación era más enfocada a las áreas aristocráticas del país como lo eran los españoles e hijos de españoles en Chile, aunque existen registros de escuelas hechas para formar mano de obra, y a las mujeres enseñar prácticas de costuras, todas estas dirigidas por ordenes religiosas como los jesuitas y dominicos entre otros. Los sacerdotes eran las personas más cultas de la época; por eso, la enseñanza tuvo una sólida base religiosa. Ellos impartían la educación, destinada a los niños de las familias adineradas. También en este periodo las órdenes de los mercedarios y franciscanos formaron escuelas en Concepción, Osorno, la Imperial y Valdivia. La mayoría de las grandes ciudades llegaban a tener colegios que impartían la educación secundaria con el auspicio eclesiástico, estos ingresos provenían de donaciones, su objetivo era formar gente letrada en el área sacerdotal (seminarios). Para la corona, toda comuna debía sostener una o más escuelas primarias, pero las rentas municipales resultaban por lo común escasas, y en las postrimerías del régimen colonial el número de escuelas públicas normalmente era nulo. Hay que recordar que Chile no era una de la colonias prosperas de España, solo producía ingresos para la auto sustentación, una casi nula producción de metales preciosos y una dependencia de manufactura. En Chile los ingresos para una educación de calidad no existían. Los criollos recibían instrucción primaria en conventos o escuelas mantenidas por el clero secular o por patrones privados. Obviamente solo para la necesidades del momento, España poco desarrollo mantuvo en su propia región por ende la preocupación de la colonias sobre la educación no existió, mas que nada la educación se limitaba a formar a dominicos como jesuitas entre otros, para el desarrollo de la fe. Cada orden religiosa mantuvo estudios para la formación de los sacerdotes. La corona exigió que en todo pueblo indígena se mantuviera una escuela para enseñar el castellano. Debido a la necesidad de convertir a los indios a la fe católica, se abrió en Penco un curso de lengua araucana, pero no duró por la escasez de alumnos. También se mandó a hacer una escuela donde los indios aprendiesen castellano, el Colegio de Naturales de Chillán (1697). Pero no siempre se cumplió esta medida. En los pueblos más alejados solo los jefes o “principales” entendían el castellano y sabían leer y escribir. Los niños indígenas eran reunidos en los atrios y patios de las iglesias, monasterios principalmente para la instrucción religiosa, formaban centenares de alumnos y la principal enseñanza se enfocaba en que aprendieran a leer y escribir. Al comienzo de la colonia la formación de escuelas a indígenas supero a la de criollos o de aristócratas ya que era la manera más fácil de formar mano de obra semi especializada y enfocada al trabajo. También las escuelas fueron enfocadas a las futuras madres de familia. En estas instituciones probablemente no se les enseñase a leer y escribir, sino más bien se enfocaban a la vida cristiana y las artes domésticas, catecismo, costura y bordado. Las niñas permanecían en estas escuelas desde los cinco o seis años hasta la pubertad, normalmente esas niñas que entraban en la pubertad se las casaba con los pupilos de los misioneros, con ello según se creía, la cristianización de la sociedad indígena seria más fácil. Este hecho produjo un incremento de población mestiza rechazada tanto del lado español como indígena, gran parte de estos niños creció sin educación y se transformo en la lacra de la sociedad (vagos, prostitutas, criminales), con ello la formación de escuelas dedicadas a la salvación de estas personas incrementó en Chile. En las colonias americanas la necesidad de los aristócratas por una educación a su nivel para sus hijos, obligó a la corona a producir las dos primeras universidades mayores de América, ambas “reales” y “pontificias”, fueron las de México y Lima creadas por decretos imperiales en 1551. Además evitaba el peligroso viaje de los hijos aristócratas a España para obtener educación. Así los mayores centros de educación fueron formados por jesuitas “gozaron de la facultad de conferir el grado de Doctor en teología, que daba en la previsión de cargos eclesiásticos” (Campos Harriet, p 44). Los Jesuitas fundaron un internado para jóvenes aristócratas: el Convictorio de San Francisco Javier. Allí hizo sus primeros estudios Alonso de Ovalle y también el abate don Juan Ignacio Molina. Tras la expulsión de esa orden religiosa del país, en 1767, el internado, mantenido por el Estado, se transformó en el Convictorio Carolino. Hay constancia de que en el siglo XVII funcionaron en Chile tres centros de enseñanza superior con categoría de universidades pontificias, que tenían un carácter eminentemente eclesiástico: el Colegio Máximo San Miguel de los jesuitas y la Universidad de Santo Tomás de Aquino de los dominicos, ambas en Santiago; mientras que en Concepción funcionó durante 43 años la Universidad Pencopolitana dirigida por los jesuitas. Ofrecían grados de filosofía y teología como preparación para el sacerdocio. En 1758 se obtuvo la autorización del Rey Felipe IV para la fundación de la Universidad de San Felipe que podía otorgar los grados de bachiller y doctor, gracias a las gestiones del cabildo de Santiago. Con esto se dio un realce a la educación y clase social chilena ya que se suprimió la dependencia de educación sacerdotal obtenida en Lima. Hacia fines de la colonia se fundó la Academia de San Luís, donde se enseñaba matemática, geometría, química y dibujo, etc. Tuvo el mérito de ser el primer Instituto de Enseñanza Técnica de América.


La iglesia en la colonia
Durante esta época su poder era muy reducido, ya que la Corona Española conquistó América con la misión de evangelizar, por lo tanto, asumió ciertos derechos sobre la Iglesia, que en España contaba con un gran poder y en Europa en general, para poder cumplir su rol. Entre ellos, el derecho a Patronato. Éste consistía en una serie de atribuciones que el rey de España tenia sobre la administración de la Iglesia entre los cuales le permitía a la corona nombrar autoridades eclesiásticas y elegir los lugares para construir templos, monasterios y escuelas a cargo de la iglesia, la recaudación y administración del impuesto que recibía la Iglesia (diezmo) y el derecho exequator, que le permitía autorizar o rechazar el paso a América de decretos papales. Pero aún así conservaron cierta influencia en la evangelización y en la educación. Las principales órdenes religiosas que se preocuparon por esos fines fueron: franciscanos, dominicanos y jesuitas. Estos últimos se destacaban por la preparación de sus miembros, su importante rol evangelizador, sus riquezas, sus tierras y su producción. Pero en 1767 la Corona los expulsa de América debido a algunos conflictos que se habían desarrollado entre ellos y las otras órdenes religiosas.

viernes, 6 de junio de 2008

Poco después de establecida la frontera
en el río Biobío, un sacerdote jesuita,
el padre Luis de Valdivia, logró la
aprobación de la Corte para reducir a
los indígenas en forma pacífica, es decir,
mediante misiones evangelizadoras,
mientras las fuerzas militares se
mantenían a la defensiva. Esto, en
contraposición con la guerra ofensiva
que se libró anteriormente, donde solo
se dio la lucha frontal y directa contra
los indígenas. Sin embargo, la primera
entrada de tres misioneros terminó en
tragedia, ya que fueron asesinados por
los indígenas y el sistema se vino abajo.

Debido a la falta de indígenas para el
trabajo en las haciendas, la Corona decretó
en 1608 la esclavitud de los aborígenes
detenidos en la guerra, y su valor era
repartido entre el gobernador, los oficiales
y los soldados. Con esto, el concepto de esta
guerra fue cambiando, organizando expediciones
con el pretexto de atacar a aborígenes
subversivos; pero el verdadero motivo
era capturar esclavos, lo que se conoció
con el nombre de malocas. Los aborígenes,
por su parte, efectuaban malones o ataques
sorpresivos a las estancias o lugares
fronterizos para robar ganado, mujeres y niños.

La guerra defensiva contempló los siguientes aspectos:

Se mantuvo la línea defensiva en el Biobío,
prohibiendo a los militares pasar más allá.
Se mantuvo el ejército permanente.
Se estudió un sistema de tributos para los
araucanos, que reemplazaría el trabajo en encomiendas.
Se suspendió la Real Cédula que declaraba
esclavos a los aborígenes.
Se perdonó en nombre del rey a todos los
rebeldes.
El padre Valdivia debía organizar la predicación
entre los araucanos, pero a pesar de sus
esfuerzos y los del gobernador Alonso de
Ribera, la guerra defensiva no prosperó.
Mapuches y españoles continuaron luchando.
Este tipo de guerra existió legalmente hasta
el año 1626, cuando Felipe IV autorizó volver
a la guerra ofensiva y declaró vigente la Real
Cédula de 1608, que hacía esclavos a los rebeldes.
Los investigadores que han escrito sobre
la historia de nuestro país coinciden en
señalar que la etapa de la Conquista finaliza
con el gobierno de García Hurtado de Mendoza,
en 1561, iniciándose el período colonial en 1601.
Esta etapa, que se prolonga hasta la revolución
de la Independencia, se caracterizó por un
constante cambio de gobernadores, cuya
preocupación principal fue proseguir la guerra
contra los araucanos y luchar contra los
frecuentes cataclismos naturales (terremotos,
inundaciones) que sufría el país. Constituye
un error creer que este lapso, que abarca cerca
de tres siglos (más que toda nuestra vida
como nación independiente) fue una “siesta”,
como la han calificado algunos. En menos de
tres siglos surgió una nueva raza y se
transformaron en pueblos civilizados vastas
comarcas vírgenes que estaban pobladas por
tribus bárbaras.

jueves, 5 de junio de 2008

Un malón, o ataque
indígena a los
españoles, los
cuales continuaron
hasta el siglo XIX.
Imagen de Claudio Gay.